lunes, 31 de mayo de 2010

Traición, comentario de Sara Franco

La novela simboliza nuestra sociedad actual, en donde tiene gran importancia el aspecto físico y, en muchas ocasiones, preocupa más que el resto de cualidades de una persona. Recurrimos a la cirugía para mantener la juventud, modificar la estructura de nuestro cuerpo y sentirnos más importantes por nuestra belleza, aparentando ser quienes no somos. Pero en la realidad, aunque todos partimos del mismo modelo de belleza o nos sentimos incómodos con nuestro cuerpo, no recurrimos siempre a ella para modificarlo.

Traición exagera la realidad, ya que en la historia toda la sociedad tiene como objetivo someterse a una operación, realizada a los dieciséis años, en la cual se borran todas las marcas de la infancia, se modifica la forma de pensar y, lo más significativo, se transforma a las personas en seres casi idénticos físicamente. Estos nuevos individuos viven pasándolo bien y, para ellos, pierden importancia aquellos momentos pasados en la ciudad de Feópolis con sus viejos amigos y todas las aventuras vividas hasta entonces. Esta intervención significa también el paso a la madurez, ya que, según ellos, durante su vida como imperfectos las personas padecen los celos, tienen complejo de inferioridad por sus rasgos físicos, sufren y se sienten solas, aspectos que carecen de valor en la ciudad de Nueva Belleza (donde viven los nuevos perfectos), lugar en el que nadie tiene preocupaciones.

En la ciudad de Feópolis, aunque haya mucha vigilancia, los jóvenes se saltan las normas saliendo de los límites de la ciudad: viajando en tablas voladoras a viejas ciudades ya destruidas o entrando en los territorios de la ciudad prohibida para ellos, Nueva Belleza. Un grupo de estos imperfectos, para los que la operación no tiene sentido y creen que es una estupidez que todo el mundo tenga el mismo aspecto, deciden huir antes de ser operados, guiados por un chico llamado David, que les conducirá a la ciudad fundada por sus padres. Estos eran médicos y realizaban la operación a miles de adolescentes hasta que descubrieron que provocaba lesiones cerebrales y, ya que nadie iba a escucharlos decidieron huir y no seguir siendo testigos, durante más tiempo, del daño realizado a las personas durante la operación. Esta ciudad permanecía oculta, pero los rumores de su existencia se conocían en cada una de las residencias de la ciudad de la imperfección. Los miembros de esta ciudad, que defendían su imperfección para siempre, intentaban atraer a nuevas personas y conocer cómo vivían en las demás ciudades; pero ahí nadie estaba obligado a quedarse. Buscaban una cura para las lesiones causadas durante la operación y lograr informar al resto de lo que esta suponía.
En el libro podemos diferenciar, entonces, dos tipos de mentalidad en lo referente al aspecto físico: una es el de la superioridad de los perfectos por sus hermosos cuerpos, clase a la que todos los jóvenes aspiraban al alcanzar los dieciséis años; y la otra, los imperfectos que huían en busca de un lugar en el que pudiesen aceptarse tal como eran, sin tener que seguir ningún modelo y en donde para juzgar a las personas hubiese que recurrir a algo más profundo e importante, algo que todos poseemos aunque sea en pequeñas cantidades, pero, que al mismo, puede observarse desde el exterior, la belleza interior.

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