He escogido el fragmento del libro en que Natercia, la profesora de São, se cuestiona si la ilusión que esta pone en los estudios tendrá sus frutos. La profesora se da cuenta de que la niña tendrá muchísimas dificultades para continuarlos cuando termine con ella y su futuro se verá abocado a una vida de sirvienta difícilmente compatible con los estudios. Aún así no quiere cerrar las puertas a la esperanza.
Me gustó este fragmento porque me hizo reflexionar sobre nuestra vida y nuestra actitud ante ella. Nosotros, los que vivimos en el mundo desarrollado, tenemos muchas más facilidades y oportunidades que niñas como São. Muchas veces no aprovechamos lo que tenemos mientras que cualquier niño del Tercer Mundo sería inmensamente feliz con mucho menos de lo que nosotros poseemos. Me da pena pensar que, sin ir más lejos, en este instituto haya personas que no aprovechen el tiempo ni la oportunidad que tienen de estudiar y formarse, mientras hay niños muriendo de hambre o a causa de enfermedades; y que una niña como São, que desea estudiar, aún esforzándose mucho no lo pueda conseguir.
São es una niña que desde que nació no tuvo suerte. Su madre, tras perder a su primer hijo, la tuvo fruto de una violación y por ambas razones no la quiso nunca. Cuando pasaron unos años la abandonó y se fue. Pero aún así era una niña luchadora y tenía una ilusión, ser médica. Desgraciadamente tuvo que renunciar a su sueño, puesto que era imposible. Natercia, su profesora en el colegio, la intentó ayudar, pero le era imposible sobrevivir y pagar los estudios de la niña. São se vio obligada a renunciar a su único sueño, pero aún así siguió luchando por salir adelante. Tuvo grandes obstáculos a lo largo de su vida, pero nunca nadie consiguió derrotarla por su increíble fortaleza.
Después de leer este libro, yo creo que todos nos deberíamos hacer preguntas como: ¿De verdad apreciamos lo que tenemos?, ¿Luchamos en la vida?, ¿Somos conscientes de las facilidades que tenemos?
En fin, creo que deberíamos aprender mucho de personas como São y tenerlas como ejemplo en nuestra vida, ya que ella sí que luchó por lo que quiso y nunca se dio por vencida, aunque tenía muchísimas razones para hacerlo.
Verónica Grandío
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